Cómo fue el final de cada uno:
Pablo: Puede enfrentar a su padre y saldar viejas cuentas pendientes. Mientras se desarrolla el acto de fin de curso, su padre es llevado detenido. Por suerte, Pablo no se queda solo. El amor de y por Marizza es más fuerte, y el anuncio de la llegada de su madre lo colma de felicidad.
Marizza: Más apaciguada que al principio de la tira, la chica más rebelde hace un mea culpa: "Nunca dudé de lo que sentía por Pablo. Lo que no supe fue aprovecharlo", dice. Y busca un reencuentro fogoso al lado del río, para sellar su amor.
Mía: La noticia de unas vacaciones en familia (con los tuyos, los míos, los nuestros) le provoca sensaciones encontradas, y hasta los últimos minutos, la vida de Mía parece no tener consuelo. Pero cuando Manuel sorprende con su llegada, estalla de felicidad. De todos modos, hasta que el chico no le confiesa su amor en público, no encuentra la paz. Después, todas son lágrimas, de felicidad.
Manuel: El regreso de Manuel, curado definitivamente de su enfermedad, irrumpe justo cuando Erreway está por actuar como trío, en el acto de fin de año. Nadie puede creerlo. Al final, con micrófono en mano, confiesa su amor por Mia: "Hay una frase que dice que el primer amor no es el único, yo creo que no es así".
Elite Way: En el acto, se anuncia una reestructuración general del coqueto y restrictivo colegio. A partir de ahora no habrá más alumnos pupilos y serán los profesores jóvenes los que se harán cargo de tamaña tarea. Todos aplauden.
El epílogo
Después de un brindis en que cada uno pide un deseo, y entre flashbacks, lágrimas y besos, la voz en off de uno de los chicos deja en claro la lección: "Lo más importante que aprendí es el valor de la amistad". Al final, una placa de agradecimiento, al estilo Cris: "Gracias por estar vivos y por darle vida a estos corazones rebeldes". Fin.